jueves, 25 de diciembre de 2008

Guillermina está triste porque su marido está en prisión
Guillermina entonces le canta una canción


La cintura se me viene abajo. Te lo digo, de verdad. No sé por qué, ni cómo es que eso pasa, pero es que si Jacinto no está, la cintura se me viene abajo. Se derrite como un caramelo bajo el sol y queda ahí, sin movimientos, ni para este lado ni para el otro.
Es por eso que cuando Jacinto se va, yo me quedo sentada; así la cintura se me derrite en el sofá y no me caigo en medio de la sala.
Ese cosquilleo que me da, me duerme la cintura y mira, de verdad, de verdad, que te lo juro, no puedo caminar. Se siente que el cuerpo no es de uno sino que se fue con Jacinto.
A mi tú me dijiste que eso era y que amor, que el amor me poseía por las caderas y que no podía caminar. Yo creo que fue el mismo Jacinto que por muy celoso me puso esta cadena y ahora de amor me muero y me muero de no poder caminar.
Jacinto tiene un mes sin venir a la casa y no es porque no quiera y no es porque no me quiera y no es porque a mi se me duerman las caderas cuando él no está. Lo agarraron los de La Salvaje y no hay manera. Tampoco hay manera para caminar así que me quedo sentada en el sofá.

¿Haciendo qué, mujer?

Cantando…cantándole a Jacinto que está allá y que me escucha decirle:

Ay amor de caderas
ven y rescátame
como yo lo haría
si el mismo amor lo permitiese.

1 comentario:

Alejandra dijo...

Uno de mis favoritos.
... Te extraño, cereza gratis.