domingo, 10 de agosto de 2008

Oda a la Lagartija



Animal alado; muy verde, muy marrón y muy morado. Gusta de comer melón y parchita junto a su amiga, la ranita. Baila al son del chachachá, y a pesar de que su sangre es fría, mueve muy bien su cola. La danza de la lagartija vuelve locos a los lagartos (grandes padres, grandes sabios), quieren ellos bailar como ellas pero han comido muchos mangos. Sus barrigas han crecido y sus mentes se han turbado, ya sus cuerpos no se mueven ni se impregnan del son del mambo.
Cuando una lagartija se enamora, se pone rosa rosada, color mora. Pierden la visión y chocan contra todo. Los árboles y las plantas se molestan por el atropello y las lagartijas entonces lloran un poco, pero en silencio. Si el amor es correspondido, de sus costados nacen alas. Se vuelven voladoras zumbantes y no hay halcón que las detenga ni gallo que las aplaste.
Hay lagartijas amantes del café, otras fuman cigarrillos de amapola sentadas en el porche de su hoja. Hay lagartijas filósofas y hay lagartijas plomero.
Todas viven en el bosque y gozan siempre de tomar el sol de las doce:
quietas,
inmóviles
y eternas.

martes, 5 de agosto de 2008

Marcha nupcial


Se oye, a lo lejos, una marcha nupcial. La novia, vestida de turquesa, sonríe a su apuesto novio mientras una fila de hormigas carga una enorme culebra, ella también hace parte del cortejo.El novio ve al gran reptil acercarse y con un silbido lo invita a subirse a sus hombros. La novia, pomposa turquesa, abraza a ambos seres para que el fotógrafo al fin lance el primer flash, la primera foto del álbum de bodas.

¡Qué vivan los novios!