domingo, 30 de noviembre de 2008

Ensayo Sobre un Tigre y un Conejo


Un tigre es un felino un felino es un gato un gato es un mamífero carnívoro un mamífero es un animal de sangre caliente que alimenta a sus crías a través de sus glándulas mamarias y un carnívoro es un ser que devora a otros animales.
Los tigres bengala son los más conocidos son ellos muy famosos en la India por su vistoso color naranja y por las rayas color negro que cruzan su cuerpo y son tan peculiares como la huella dactilar de un ser humano.
Es muy fácil reconocer a un tigre en cualquier lugar donde haya una mujer muy sensual porque suele tener alguna prenda asociada al pelaje de este animal.
Un conejo es un mamífero un mamífero es un animal de sangre caliente que alimenta a sus crías a través de sus glándulas mamarias es un ser de baja estatura con cabeza ovalada y cuerpo lanudo y tiene grandes orejas para escuchar mejor.
Los conejos blancos son los más conocidos porque suelen rifarlos en el colegio y hacen pupú raras bolitas marrones un conejo es deseado por el hombre para cortarle la pata y tener buena suerte.
Un día cuando un conejo iba saltando por el bosque poing poing un tigre lo vio y moviendo sus grandes patas se acercó el conejo abrió sus ojos mucho se sorprendió con aquella cosa naranja pensando que era una auyama pero la verdad era que no era una auyama sino un tigre que es un felino enorme.
El tigre abrió su boca y el conejo dijo que iba a morir pero en nombre de la zanahoria entonces dejó que el tigre se lo comiera el tigre estaba muy feliz porque había comido bien y después de dormir bajo un árbol se despertó lleno de gases.
El conejo que estaba muerto de cuerpo en su panza no estaba muerto de espíritu y dentro del tigre comenzó a moverse pasando por su hígado luego por su corazón y pasó por la garganta del tigre hasta llegar a su cabeza donde se instaló cómodamente en su cerebro.
El tigre comenzó a sentirse raro estaba poseído por el conejo y hacía cosas de conejo como comerse los cables del televisor y andar ponguiando por el bosque el tigre dejó de comer carne y no comía conejos tampoco era un tigre bueno pero raro.
El conejo estaba muy feliz de estar en la cabeza del tigre y vengó su muerte con una sonrisa de conejo y el tigre no era feliz porque lo rechazaron sus amigos y su novia lo dejó como si tuviese un barro en la nariz.
El tigre estaba flaquito como el papá de Andrés entonces se murió y un conejo llegó y le corto una pata para tener buena suerte.
Ah, no, es a los conejos que le cortan la pata para tener buena suerte…
Le cortaron la piel e hicieron un abrigo de los que mi mamá no tiene por ser hippie.

martes, 25 de noviembre de 2008

La Muerte de un Jabón


Todo comienza muy bien,
empaquetado está el jabón.
Y conserva en su panza
un muy buen olor.

Alguien lo compra y dice:
- Con esto me limpiaré.
Y el jabón contento
a la ducha se fue.

Empezó siendo grande y redondo,
tan grande que no cabía en una mano.
Se resbalaba como un pez,
recién sacado de un charco.

Cuando se caía, se pegaba
y el jabón se iba mal formando.
Sobre todo por las esquinas
que las tenía chatas, como tortugas .

De tanto uso diario,
el jabón se hacía pequeño,
cada vez con menos rendimiento
el pobre jabón iba quedando.

Y un buen día,
se convirtió en una hojita.
Una hojita de jabón.
Y en la última ducha,
se dejó vencer por el tiempo.
Se convirtió él en espuma,
aquella que limpia, una y otra vez
el cuerpo de muchas damas.

Hay un jabón que se va,
Y hay un jabon que regresa.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Manifiesto de Adrián



A Ani

Las cosas que deben existir, que existan, las que no deben existir, que no existan. Así debe regirse la existencia de las cosas. Una cosa es una cosa cuando quiere serlo; si un jarrón dice: “no quiero ser jarrón, quiero ser cuchara”, inmediatamente su deseo será cumplido.

Las cosas son libres, como los humanos. Pueden transitar por las calles y cruzar las avenidas por el paso peatonal. El uso del metro para las cosas también está permitido.

Las viejas cosas tienen prioridad, siempre serán bienvenidas en cualquier lugar mientras no afecten la salud de los seres humanos (si un colchón muy viejo quiere habitar un hogar de familia, le es permitido estar allí mientras no sea utilizado, podría hacerle daño a la espalda de quien lo posee). Si no hay suficiente lugar para que las cosas viejas se desenvuelvan, serán enviadas al ancianato de cosas, donde podrán disfrutar de un espacio cómodo.

Los vasos de agua deben ser venerados antes de beber el contenido que estos retienen, una oración simple servirá para enaltecerlos: “Vaso, vasito, vasón, vasero”.

Cuando un hombre come pollo, debe hacer el sonido que hace el pollo; cuando come carne de res, tiene que hacer el sonido de la res; así sucederá con cada animal que el hombre ingiera. Esta es una forma de invocar el alma del animal que está servido en el plato.

Las palabras deben comprarse por kilos en los distintos almacenes de palabras. La moneda para adquirirlas será trocitos de pensamiento. Si un hombre quiere mantener una palabra en secreto, primero deberá dialogar con ella para llegar a un mutuo acuerdo. Las palabras sólo podrán ser encerradas en el Baúl si ellas mismas lo desean, de lo contrario, pueden volar como mariposas en la pradera.

La manera de expresarse verbalmente viene acompañada de la expresión física. Esto quiere decir que si un hombre quiere hablar desde el corazón, se deberá tocar el pecho mientras lo hace. Así mismo ocurre con el hombre que quiere hablar con su amante de sexo, se ve obligado a tocarse los genitales mientras habla. No olvidemos el viejo científico, este deberá dar su discurso tocándose la cabeza con ambas manos. De esta forma todos sabremos que parte del cuerpo utiliza cada quien al expresarse.

Los odontólogos son las personas más importantes, ya que cuidan de la sonrisa y de la buena imagen dental.

La educación se maneja de la siguiente forma:
De 1 a 10 años: “Historia de los botones, del papel crepé y la pega de barrita”
De 10 a 20 años: “Dónde colocar los botones, el papel crepé y la pega de barrita”
De 20 a 60 años: “Enfrentamiento con el fracaso de no haber puesto bien los botones, el papel y mucho menos la pega de barrita”.

Si un hombre quiere comprar una camisa de algodón, tendrá que pagarla con su peso en algodón; así será con toda la ropa. La ropa de cuero no está permitida ya que habría que pagarla con una vaca y eso es malo. Las vacas son sagradas, como en la India.

Todo es arte y cada cosa es valorada (por ser producto humano) como patrimonio cultural. La literatura debe venir del corazón; los libros, en la contraportada, tendrán siempre la foto del corazón del autor, así se podrá observar la sensibilidad de este órgano para capturar lo incapturable.

El amor está sobre todas las cosas. Si no sirve tu amor, estás dañado y hay que llevarte al hospital. La cura es simple: tomar frescolita, rebotar un rato y por supuesto, varios abrazos.

Y ya.


Los manifiestos pueden ser terminados por la mitad.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Mariana, La Parlanchina


Hay un cuento,
de un cuento,
que cuenta,
que viviendo estaba
a lo lejos,
una niña que no paraba de hablar.

Y al hablar, preguntaba:
¿Por qué hay conejos detrás de los espejos?
¿Por qué las mandarinas se esconden en los árboles?
¿Qué tienen los cangrejos en los ojos?

Y al hablar, decía imprudencias:
Señora panadera, es usted bien redonda.
Señor jardinero, huele usted a zorrillo.
Doctor, ¿Usted no tiene ya una esposa?

Sus padres, preocupados, no sabían cómo hacer para que Mariana, la parlanchina, midiera sus palabras.

¡Le pondremos un pañuelo dentro de la boca! - dijo el doctor.

Pero entonces un fenómeno increíble sucedió,
¡Las palabras le salían por los oídos!

Está usted sucio, señor carnicero.
¿Por qué no llueve cuando quiero que llueva?
¿Dónde están los que mueven el cielo?

¡Le pondremos corchos en los oídos! – dijo el doctor, desesperado.

Pero entonces un fenómeno increíble sucedió,
¡Las palabras le salían por el ombligo!

Sin embargo, se escuchaban como un murmullo,
el vestido de Mariana impedía que las palabras salieran libremente:

¿Po que si e m pir de co es?
Es á oco, ño uel.
Ti en ma aieto, ño icado.

Mariana no encontraba la forma de hacerse escuchar.
Le daba pena mostrar su ombligo porque era gordito y rechonchito.

Entonces se sentó bajo un gran árbol y se puso a llorar.

Sus padres, preocupados, se acercaron a ella y le explicaron que, a veces, hay que tener cuidado con las palabras, porque al usarlas de mala forma, hacen daño.

Más daño que un golpe al caerse del columpio.
Más daño que la mordida de un gato.

Mariana entendió que las palabras debían ser medidas con escuadra y reglón antes de salir de las ventanas de su boca.

Y el pueblo fue feliz al escucharla decir:
¡Buenos días, señora panadera! Me gusta su vestido floreado.
¡Qué encanto de sombrero, señor Ricardo!
Lindas azucenas, señor jardinero.

Pero si te acercas a lo lejos y el murmullo del viento te hace escuchar a Mariana, sabrás que nunca logró dejar de preguntar:

¿Por qué las canciones hablan de amor?
¿Por qué los niños no vienen en cajas de cartón?
¿Habrá alguien que diga lo mismo que yo en otro l
ugar del mundo?...