jueves, 11 de diciembre de 2008

Estoy en Tahití viendo a un hombre llorar por la muerte de su gato.
Estoy en Rosario viendo la bomba de chicle que hace un niño.
Estoy en el vaso de agua que se derrama en alguna parte de Argelia.
Estoy en el centro de la aceituna de un martini en Mónaco.
Estoy sobre la cabeza calva de un niño polaco recién nacido.
Estoy detrás de un pescador triste en Cumaná.
Estoy caminando sobre un cementerio de secretos bien guardados.
No estoy en la punta de esas armas.
No estoy en el engaño de los ojos.
Estoy, siempre, cuidando a las palabras.
Estoy, siempre, cuidando.

2 comentarios:

Masha dijo...

Es bonito... pero no me gusta mucho lo bonito.

Jesús dijo...

Me encanta :-)