jueves, 25 de diciembre de 2008

Guillermina está triste porque su marido está en prisión
Guillermina entonces le canta una canción


La cintura se me viene abajo. Te lo digo, de verdad. No sé por qué, ni cómo es que eso pasa, pero es que si Jacinto no está, la cintura se me viene abajo. Se derrite como un caramelo bajo el sol y queda ahí, sin movimientos, ni para este lado ni para el otro.
Es por eso que cuando Jacinto se va, yo me quedo sentada; así la cintura se me derrite en el sofá y no me caigo en medio de la sala.
Ese cosquilleo que me da, me duerme la cintura y mira, de verdad, de verdad, que te lo juro, no puedo caminar. Se siente que el cuerpo no es de uno sino que se fue con Jacinto.
A mi tú me dijiste que eso era y que amor, que el amor me poseía por las caderas y que no podía caminar. Yo creo que fue el mismo Jacinto que por muy celoso me puso esta cadena y ahora de amor me muero y me muero de no poder caminar.
Jacinto tiene un mes sin venir a la casa y no es porque no quiera y no es porque no me quiera y no es porque a mi se me duerman las caderas cuando él no está. Lo agarraron los de La Salvaje y no hay manera. Tampoco hay manera para caminar así que me quedo sentada en el sofá.

¿Haciendo qué, mujer?

Cantando…cantándole a Jacinto que está allá y que me escucha decirle:

Ay amor de caderas
ven y rescátame
como yo lo haría
si el mismo amor lo permitiese.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Estoy en Tahití viendo a un hombre llorar por la muerte de su gato.
Estoy en Rosario viendo la bomba de chicle que hace un niño.
Estoy en el vaso de agua que se derrama en alguna parte de Argelia.
Estoy en el centro de la aceituna de un martini en Mónaco.
Estoy sobre la cabeza calva de un niño polaco recién nacido.
Estoy detrás de un pescador triste en Cumaná.
Estoy caminando sobre un cementerio de secretos bien guardados.
No estoy en la punta de esas armas.
No estoy en el engaño de los ojos.
Estoy, siempre, cuidando a las palabras.
Estoy, siempre, cuidando.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Anagramas

I S A B E L L A
S A B E I L A L
L A B I A S E L
L A B I A L E S

Anoche soñé con unos labios que balbuceaban palabras inentendibles y hacían muecas de terror. Anoche soñé con unos labios que me hablaban de una lata abierta, de una Frescolita sin gas y de una Oreo vencida. Anoche soñé con unos labios que me cantaban arroróarroró. Anoche soñé con unos labios arrugados como uvas pasas o como pasadas uvas. Anoche soñé con mis labios callados. Anoche dibujé mis labios, tus labios, sus labios, los labios, esos labios, estos, aquellos y otros. Anoche soñé que usaba lápiz labial. Anoche creí que el lápiz labial se podía comer y me lo comí. Me comí el lápiz labial y me comí los labios y la lengua y los sueños y las noches y a Isabella.

Caput

S I L E N C I O
S I C I O E N L
S I L C I O E N
S I N C I E L O

martes, 2 de diciembre de 2008

¡Aquí Hay un Héroe!


- ¿Lo viste?
- ¿A quién?
- ¡Al héroe!
- ¿Tú me estás hablando en serio? Con eso no se juega…
- Te lo juro, lo acabo de ver pasar detrás de tu oreja.
- ¿Y me tocó?
- No…sólo se acercó mucho a ella.
- Hubiese querido verlo…
- Era como una bola de mantequilla de pistacho.
- ¡Apetecible!
- Más o menos, a mi no me gusta el pistacho.
- A mi tampoco, la verdad…