lunes, 29 de agosto de 2011

Micro 1. Sobre el cubismo y otros malestares


Tú sabes. Lo dije en serio la última vez. Dije que lo haría si te atrevías de nuevo. Te lo advertí cuando te cepillabas los dientes. Te lo recordé en una nota que dejé pegada en la nevera. No prestaste atención. Pensabas que estaba mintiendo. Tú muy bien me conoces. Tengo manías extrañas. Me gustan los pies sucios. Hablo sola. Me duermo con la luz prendida. Lo sabías e igual lo hiciste. Qué ganas, de verdad. Aún me siento incómoda con tu atrevimiento. Ajá, sé que no fue la gran cosa. No es Hiroshima, dijiste. No entiendes la composición de mi realidad. Es más, desconoces la disposición de mis ideales. Cierto, a veces suelo exagerar. Pero no es el caso. Aquí te fuiste. A veces pienso que tienes la cabeza en los pies. Suelo tener esta clase de imágenes en mi mente. No es que me este volviendo loca, no. No es eso. Sí, sé que tengo viejas manías. Me gustan los pies sucios. Leí la nota en la nevera. Tú me escribiste eso. No. Tú. Incrédula también soy. Dejaste el bolígrafo encima de la mesa. Te dije: salte del espejo que me estoy cepillando. Tú insististe. Me atreví y te clavé los dientes. Fue entonces cuando caminé con mi cabeza y te miré, tristemente, con mis pies.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Escribe(me) más!

Ginger Miel. dijo...

Qué bonito es todo aquí. Me enamora mora mora mora <3