martes, 28 de junio de 2011

Parque Cristal

Mónica pocas veces se fija en mí. Mi mamá siempre dice que no me deje llamar negro porque yo soy trigueño, pero ni modo. Nos reuníamos en Parque Cristal cuando no habían puesto esas rejas. A mí me gritaban Negro Negro y yo bajaba. Mónica pocas veces se fijaba en mí. El Chalo sabía que me molestaba lo de negro y lo gritaba desde la segunda transversal. Nos poníamos a hacer cualquier cosa. Pita era del estilo callado y casi que no hacía nada. La vieja me llamaba a comer y yo sin hambre porque nos metíamos una canilla y dos litros de pepsicola. Mónica pocas veces se fijaba en mí. Cuando el Chalo le quitaba plata al papá, traía una botella de anís. Yo una vez intenté robarle a la vieja pero ella es muy pilas. Néstor José no me robes, me decía. Pita me subía a la casa borracho porque yo no aguantaba nada. El Chalo sí aguantaba pero eso es porque tiene unos primos que lo enseñaron. Mónica pocas veces se fijaba en mí. Los viernes venían las del Excelsior y se quedaban hasta las nueve. Yo buscaba al Pita para que la vieja lo dejara salir. Es ciega pero como jode. Buenas tardes señora Alida, deje salir a Ignacio que ya venimos, y al Pita lo dejaban tranquilo para que viera a Ligia. Ellos sí que eran raros porque se quedaban viendo a la cara toda la tarde sin decir nada y el Chalo pasaba a decirle pendejo, Pita, pendejo. Mónica pocas veces se fijaba en mí. Nos pusimos a fumar y todos se rieron porque me ahogué con un belmont y el Chalo me dijo beh negro que no sabes, no sabes. Y yo le dije que no me digas negro y él me dijo bueno trigueño como te dice la gorda puta de tu mamá. No le digas puta y me fui a darle en el pecho pero él había traído una de anís. Mónica pocas veces se fija en mí pero esa tarde me gritaba Néstor Néstor y yo veía el otro lado del cielo proyectado en los vidrios de Parque Cristal y le respondía: dime negro, Mónica, dime negro.

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